cuaderno de proceso
se lo han comido.

le han clavado cuatro en el corazón, cuatro agujeros, rojo, fluye, cuatro ríos. lo miran con ojos salvajes. son cazadores, tienen hambre. sentados en círculo con la presa en el centro, todos a la misma distancia, sus miradas perdidas. nadie se mueve.

cuatro puñaladas. ya no respira.

todo rojo.

regueros de sangre que se acercan a los comensales.

no se mueren.

silencio. oscuro. rojo.

retiran sus armas, sus manos, sus uñas. el interior brilla. ya no late. quieto. sus manos rojas, las miran, las lamen y beben. sabe a hierro, eso les gusta, es agradable el sabor de otros, el sabor de él. pero, lo más sabroso, lo más preciado, eso es lo que ellos comen.

saben de que se alimentan.

tres se apartan y uno se inclina, la cara cada vez más cerca del rojo. el olor se hace más fuerte, sabe lo que es probar de otros pero lo ha hecho más veces, pero cada vez es diferente, diferentes vidas, vidas que ellos asimilan, vidas que seguirán existiendo en su interior hasta digerirlas y expulsarlas para ser olvidadas. su lengua ya toca el primer orificio, él se excita, quiere vaciarlo.
Las plantas han evolucionado para adaptarse a las condiciones extremas de las tormentas. Muchas plantas tienen caparazones o exoesqueletos que se cierran durante la tormenta para protegerse de las esquirlas, y se abren cuando la tormenta pasa para absorber la luz necesaria para su crecimiento. Algunas plantas incluso se mueven para seguir la luz.
Proteger lo frágil en la tormenta
IA
Referencias
trabajos previos personales